Zamora.- Herman Espinosa,  gobernador de Zamora Chinchipe junto a representantes del Ministerio del Ambiente, Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales No Renovables (ARCERNNR), Servicio Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) y Gestión Ambiental del GAD Provincial, informaron los resultados de la inspección al curso del Río Bombuscaro y a sus vertientes.

“Desde hace unos meses atrás, la ciudadanía zamorana y nosotros como autoridades de la provincia,  evidenciamos que el río Bombuscaro presentaba turbidez en sus aguas; se especulaba que posiblemente se estaría dando actividades mineras, es así, que con los técnicos de las diferentes entidades, decidimos realizar una inspección in situ y obtuvimos resultados positivos,  descartando que existan éstas labores”, indicó el Gobernador.

Paola Cañar, directora Zonal del Ministerio de Ambiente y Agua de la provincia, explicó que el 13 de octubre de 2020 se desarrolló un recorrido por el río Bombuscaro, el cual fue ejecutado desde el Centro Administrativo del Parque Nacional Podocarpus hasta donde se encuentra el talud de aproximadamente dos kilómetros, siendo éste el que afecta a la microcuenca de Curitza, arrastrando material sedimentario al cauce principal del río. “Por el tipo de suelo arcilloso, se genera la coloración naranja del agua”, expresó.

Gabriel Chiriboga, delegado de la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales No Renovables (ARCERNNR), dijo que los técnicos de la institución determinaron que la turbidez del agua del afluente del Río Bombuscaro se debe a un deslizamiento y  no por actividades de minería que se están realizando dentro del sector.

 “Nosotros como Agencia, según lo que establece los Artículos 8 y 9 de la Ley de Minería que son nuestras atribuciones y competencias estamos prestos a brindar el seguimiento y control que la normativa legal amerita”, recalcó.

Por su parte, Juan Carlos Montaño, director Zonal 7 del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos, manifestó que se elaborará un análisis multitemporal y modelos digitales, para determinar una posible extensión del área afectada en base  a la información recopilada en campo, que servirá a  las autoridades para minimizar el impacto.