La responsabilidad de reactivarse

La reactivación económica se ha convertido en un reto para cada ciudadano, recorrer las calles de la provincia es darse cuenta que neceistamos el color amarillo para trabajar responsablemente.

Vilma Cumbicus, quien hace 4  años tiene un restaurante en Zumbi, cabecera cantonal de Centinela del Cóndor, segunda jurisdicción de la provincia que pasó de semáforo rojo a amarillo, entre miradas de esperanza, cuenta que fue algo responsable de parte de las autoridades pasar a este color porque significaba volver a trabajar con todas las medidas sanitarias, mismas que podrán ser evaluadas.

Vilma de 47 años de edad y madre de tres niños, recuerda que estaba entrando en un punto de desesperación porque se había acabado los recursos ahorrados y que no tenía para seguir manteniendo su familia y pagar las deudas durante esta cuarentena, salir a trabajar era urgente, intentó hacer venta a domicilio pero los pedidos eran pocos y no resultaba la inversión ante la demanda de clientes que era mínima.  

Ahora, luego de vivir esta experiencia, ella está feliz y comprometida más que nunca a cumplir con las medidas sanitarias y así evitar que su local cierre. Dice que valora más su trabajo y lo importante de poder tener libertad y que ese será su mensaje con todos sus comensales para que aporten en el cumplimento de las medidas sanitarias, como mesas distanciadas, alimentos sanos, lavado de manos  y una actitud de que todos saldremos adelante. 

Así como ella, varios locales empezaron a trabajar desde el 2 de junio que se declaró en semáforo amarillo, están laborando responsablemente y las autoridades están vigilantes  de que todo se cumpla y que no pase nada.


 

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